martes, 23 de septiembre de 2008

CORRIDA DE TOROS


Introduciendo brevemente el tema, podemos afirmar que la primera referencia histórica de una corrida data de 1080, como parte del programa de festejos de la boda del infante Sancho de Estrada, en Ávila. Existiendo una conexión psicológica entre la corrida y estas celebraciones por la simbología entre toro y torero, o entre lo masculino y lo femenino, con ramificaciones en el folklore y las fiestas populares, así como la relación entre el público y el torero.
Durante la Edad Media la corrida de toros se desarrolla y es monopolizada gradualmente por la nobleza que, influenciada por la galantería y el mal ejemplo de los reyes, como sucede en España en la actualidad, se disputaba la notoriedad pública, las atenciones de las damas y el respeto de los demás, exhibiendo su “valor” y gallardía, acosando y alanceando toros, considerados como enemigos totémicos de gran poder defensivo.
La reina Isabel la Católica rechazó las corridas de toros, pero no las prohibió, mientras que el emperador Carlos V se distinguió por su afición y mató un toro de una lanzada en Valladolid para celebrar el nacimiento de su hijo Felipe II, en cuyo reinado se promulgaron las primeras condenas eclesiásticas.
Hoy en día la mayor parte de nuestros municipios y ciudades siguen dándole una gran importancia a dicho evento e incluso podríamos afirmar que es uno de los actos más relevantes e importantes de la festividad de los pueblos.
Los continuos esfuerzos de las instituciones en apoyo de las corridas de toros y las fiestas crueles, en las que se torturan animales de varias especies en la España democrática, se enfrentan al creciente rechazo de una juventud más crítica que busca una relación más sincera y armoniosa con los animales y la naturaleza, y a una opinión pública más escéptica y dispuesta a cuestionar, no sólo la calidad y el origen de los alimentos, sino también las diversiones más aberrantes. Lo cual posibilitaría el fin de la permanente sangría nacional y un mayor progreso económico, social y cultural del país haciendo realidad el sueño de erradicar las costumbres violentas, insolidarias y crueles, como las corridas de toros, prohibidas hace más de dos siglos por nuestros ilustres antepasados como una enfermedad social que se manifiesta, de múltiples formas, destruyendo nuestra sensibilidad y el sentido ético y estético de cuantos aceptan como normal que las partes mutiladas de un animal herbívoro pacífico sirvan de recompensa a sus verdugos, y fomentando incluso el machismo y la violencia de genero; ya que si se acepta que un ser vivo pueda ser torturado por lucro y diversión, también la condición humana puede ser objeto de la misma consideración ya que hemos de considerar que los animales son poseedores de derechos intrínsecos y que no están sometidos a los interés humanos.
Hemos de aprender como sociedad moderna que nos consideramos, a otorgarles también a los animales los derechos que les corresponden, puesto que ellos al igual que nosotros, tienes la capacidad de sentir, crecer y desarrollarse.
El significado histórico de los derechos civiles, la libertad de expresión y la extensión de los derechos naturales a los seres humanos y a los animales, por primera vez con criterios puramente humanitarios, surgió de una profunda reevaluación de los valores éticos y las prioridades humanas que permitió cuestionar cualquier forma de explotación animal como la domesticación de animales, que es un modelo para el sometimiento social, al igual que la caza, que históricamente ha representado una afirmación de poder y virilidad, y la vivisección que, además de una atrocidad científica, hipoteca nuestra salud, haciéndonos rehenes de los criterios mercantilistas de la industria farmacéutica, que no concibe la salud sin el recurso obligado a las medicinas.
El mayor rechazo de la sociedad a las guerras y los espectáculos crueles en los que se torturan y matan animales por lucro y diversión, debería generar una actitud menos tolerante con la violencia que sufren los animales y degrada a toda la sociedad; sin embargo, aunque algunos festejos crueles, como el lanzamiento de una cabra del campanario de la iglesia de Manganesos, ya no se permitan; otros, como el “Toro de la Vega”, que consiste en perseguir a un toro por el campo hasta matarlo con una lanza para disputarse sus testículos como trofeo, encuentran su justificación en las corridas de toros y siguen contando con el suficiente apoyo institucional, representado por intereses taurinos, que no permiten educar a la sociedad a valorar por igual a todas las víctimas de la violencia, impidiendo la adopción y ejecución de una verdadera ley estatal de protección animal, acorde con una sociedad democrática evolucionada que respeta los intereses de los más vulnerables.
Si podemos establecer que somos lo que comemos y rechazamos la violencia relacionada con el consumo de carne, también debemos dejar vivir a los demás. Si nuestros alimentos son nuestra medicina, también pueden permitirnos redefinir el significado de lo que llamamos diversión y lograr alimentar el espíritu, o el alma, aprendiendo a apreciar los alimentos obtenidos sin violencia ni crueldad. Si realmente somos seres compasivos, cada uno de nosotros debemos ser parte de la solución y pedir la abolición de las corridas de toros que hace una fiesta del dolor, centrando nuestros esfuerzos en debilitar los cimientos políticos y económicos que hacen posible que perdure un anacronismo de nuestro pasado sangriento que no tiene lugar en una sociedad que se autodefine como moderna, democrática y solidaria.
“Según una encuesta reciente, el 68% de los españoles no están interesados en las corridas de toros, siendo los jóvenes y las mujeres quienes menos las apoyan. Los catalanes y los gallegos, con el 81 y el 79%, respectivamente, son los que están menos interesados. Otros datos reflejan que el 82% de los españoles no han asistido nunca a una corrida, mientras que el 87% condenan el sufrimiento animal en los espectáculos públicos”.
Por último, abordaremos este tema afirmando que desde un punto de vista económico la celebración de las corridas de toros son muy positivas, pero siempre que nos refiramos a un numero pequeño de agentes beneficiados.
Como ejemplos podríamos citar La corrida de Asprona celebrada el pasado día once en la plaza de toros de Albacete que ha tenido un beneficio de 122.776 euros, 17.500 más que la pasada edición de este festejo. La recaudación total fue de 323.842 euros en concepto de ingresos, mientras que los gastos totales fueron de 201.065 euros.Según fuentes de Asprona, en el capítulo de ingresos los generados por la venta de localidades supusieron un 62% del total, (201.609 euros) a los que hay que añadir los obtenidos por los derechos de retransmisión, aportando TVE 111. 547 euros. En el apartado de donativos se recogieron 6.160 euros y 4.525 por arrendamientos de servicios.

LA POBREZA


Luis Gilberto, de 64 años recuerda como una buena tarde, sentado en la silla de su sala de estar, miró con gran tristeza a sus dos hijos que llegaban del trabajo con los rostros llenos de preocupación, pues entre todos no podría llegar ni a mitad de mes.
Cansado Luis de las penurias a las que veía sometida a su familia en su tierra natal por la grave situación económica en la que se vive actualmente en Ecuador, situación que es resultado de una larga lista de carencias como el escaso acceso a los factores de producción; a los servicios sociales básicos de salud, saneamiento y educación; a oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, se levantó y reclinándose en la ventana, miró a través de sus lentes el hermoso bullicio de su calle intentando retenerlo en su recuerdo. Fue en ese momento cuando, cogiendo la mochila que le había acompañado en sus placidos paseos, la llenó de sueños e ilusiones e inmigró a España, aquella tierra de oportunidades que tantas tardes le contaron sus compatriotas, “la tierra de las esperanzas le decían”, en busca de una mejor calidad de vida para su familia.
“Pero como a la gran mayoría de inmigrantes latinoamericanos que llegan a nuestro país, la sonrisa y los sueños se les terminan nada más bajar del avión”.
En el caso de Luis a su llegada a España, se asentó, en una bella ciudad Murciana, llamada Lorca. Fue al poco de residir allí, cuando doce de sus paisanos ecuatorianos que viajaban en una furgoneta fue arrollada por un tren en un paso a nivel. Fatídica desgracia que como consecuencia destapó la precariedad de miles de ecuatorianos y a su vez pasó factura a muchos de ellos, como fue el caso de Huís al que no le querían contratar.
Pero como todo inmigrante que deja toda su vida en su país y viaja en busca de oportunidades, Luis no podía fallar a su familia que esperaba aquella remesa de divisas lo antes posible, así que a pesar de su avanzada edad se puso a desempeñar la labor de temporero en el campo, ganando como muchos 600 euros al mes.
Y en estos momentos muchos se preguntarán, sale de su país para buscar una mejor calidad de vida huyendo de la pobreza para seguir siendo una persona pobre puesto que a partir de un ingreso menor a 600 euros en España, ya se considera un individuo en una situación de precariedad.
Pero esta afirmación a pesar que es correcta habría que matizarla y es lo que abordaremos en las próximas líneas.
Podemos afirmar que no hay una definición única sobre el significado de la pobreza. Ya Aristóteles comenzó con el debate cuando afirmo que había que separar las necesidades “naturales” y las “no naturales”. En este postulado siguió Doyal y Gough cuando afirmó que la pobreza es la privación de la satisfacción de las necesidades básicas del ser humano.
Si nos centramos en estas definiciones, podríamos afirmar que Luis no es una persona pobre, puesto que sus necesidades básicas, conocidas estas como las biológicas, (alimentación, vestido, abrigo) le son cubiertas con los 600 euros que cobra.
El problema de todo esto y es una cuestión muy importante es la valoración que cada individuo da a lo que para el son las necesidades humanas.
Si nos centramos en la pirámide de Maslow podemos observar que para él las necesidades humanas se articulan de la siguiente forma:

La jerarquía de necesidades de Maslow se describe a menudo como una pirámide que consta de 5 niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como necesidades de déficit (déficit needs); el nivel superior se le denomina necesidad del ser (being needs). «La diferencia estriba en que mientras las necesidades de déficit pueden ser satisfechas, las necesidades del ser son una fuerza impelente continua». La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo una vez que se han satisfecho necesidades inferiores en la pirámide. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento hacia arriba en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. En términos de economía se usaba mucho este método de jerarquización, hasta que se simplificó en una sola "felicidad".
En este sentido podríamos afirmar que ha pesar que Luis tiene cubiertas sus necesidades fisiológicas, no tiene cubiertas necesidades como seguridad de empleo, seguridad moral ya que el mismo afirma que le tratan muy mal y “es como una dictadura”. Como tampoco seguridad familiar puesto que su mujer e hijos no tienen apenas para sobrevivir en Ecuador.
Y siguiendo así podríamos afirmar que de las siguientes necesidades de los tres últimos niveles también, tiene una carencia de dichas necesidades, bastante amplia. Así pues podríamos afirmar que desde el punto de vista de Maslow, Luis es una persona pobre.

La definición de pobreza, es muy subjetiva, puesto que las necesidades, incluso las básicas, son muy relativas según el punto de vista del individuo que las analice. Ya que podríamos encontrarnos a personas que serian capaces de anteponer su vida por la libertad. Este es un aspecto en el cual la pirámide de Maslow podría ser criticada puesto que como hemos afirmado puede que existan individuos que para ellos no sea tan importante la vida, necesidad básica primordial, como el poder escapar de una dictadura. Es decir para este individuo seria más importante el escalón dos que el primero.

Por otro lado, también podríamos abordar este tema, de la pobreza si la analizamos desde el punto de vista de pobreza relativa o absoluta. Para ello seguiremos haciendo mención al ejemplo expuesto al principio de Luis.

La pobreza absoluta es un nivel de pobreza en el cual ciertos estándares mínimos de vida, tales como nutrición, salud y vivienda, no pueden ser alcanzados.
La gente en estas condiciones gana menos de un dólar por persona. El término pobreza absoluta puede ser un poco engañoso, ya que no existe un estándar único que la defina: el nivel de ingreso necesario para alcanzar este mínimo es llamado comúnmente como la línea de pobreza, la cual es definida de varias formas por instituciones y personas. En este sentido Luis no seria una persona pobre puesto que gana más de un dólar, si nos centramos en esta definición y además tienes los mínimos de vida cubiertos.
La pobreza absoluta puede ser contrastada con la pobreza relativa, ingreso bajo o estándar de vida relativa al resto de la sociedad.
Si comparamos a Luís con un individuo de ecuador, podríamos afirmar que no es pobre relativamente. Porque tiene un mayor poder adquisitivo que el individuo que vive en Ecuador. Pero si lo comparamos con una individuo Español, que es funcionario, gana 2500 euros al mes, no abusan de él, tiene unas libertades muy amplias etc., si podríamos afirmar que Luis es un individuo relativamente pobre.
Para terminar y refriéndonos a la Encuesta de Condiciones de Vida podríamos afirmar que Luís es un ciudadano pobre, puesto que gana 600 euros y esta por debajo de la media.
Como conclusión y más desde un punto de vista económico que sociológico me gustaría posicionarme expresando que la pobreza humana ha degradado la vida humana durante siglos, pero uno de los logros más notables del siglo XX es su notable reducción: la pobreza de ingreso se ha reducido más rápidamente en los últimos 50 años que en los últimos 50 decenios.
A fines del siglo XX el número de personas con privaciones en otros aspectos de la vida oscilará entre mil millones y dos mil millones, en comparación con dos mil millones a tres mil millones que eran hacen un decenio. En los años 50 y 60 Asia se estancaba mientras América Latina, Europa Oriental y los países ricos y, por menos tiempo, África subsahariana mejoraban. Desde mediados de los 70 la evolución en buena medida se invierte.Ha cambiado radicalmente en los últimos quince años. Los procesos de democratización, descentralización y las reformas económicas de libre mercado han sentado las bases de un nuevo ejemplo en la reducción de la pobreza, dando un rol más amplio a los gobiernos locales, el sector privado y las ONG, individualmente y/o como socios.
Algunas de las iniciativas más interesantes de mejoramiento de las condiciones de vida de los pobres en la región involucran diversas formas de alianza entre los diferentes sectores (público, privado, con o sin ánimo de lucro). Dichas experiencias han tenido éxitos concretos.
Entre ellos se encuentran no sólo avances cuantitativos, sino también cualitativos, en particular relacionados con generación de confianza, fortalecimiento institucional (de todos los actores), y de manera más general vinculados a la acumulación de capital social. Las alianzas demuestran que el conjunto puede ser superior a la suma de las partes.

Se debe buscar la manera de coexistir en un ambiente homogéneo, donde cada nación se beneficie de la otra, sin la necesidad de abusos, trabas de comercio, liberaciones impositivas a favor o no de ciertos intereses. Los gobiernos emergentes después del nacimiento de la globalización tienen que pensar de manera critica en la tecnología, el avance científico, los instrumentos financieros, y aplicarlo de manera eficiente y coherente al desarrollo de la agricultura, la educación, la nutrición, la salud.
La única manera de erradicar la pobreza y aumentar el desarrollo humano es buscando la equidad de valores nacionales, la equidad en la competitividad, la equidad de derechos internacionales y estamentos de comercio, así como el respeto a las poblaciones existentes partiendo de un marco humanista. Nos queda explicarle a nuestros compañeros, a la sociedad que la criticidad y cabalidad con que se miren los objetivos claros, la capacidad de discernir la problemática, es la clave de un buen desarrollo contra la pobreza.Nuestro desarrollo es explicativo y fácil de entender, en el mismo se centran las pautas mínimas a seguir para esa meta. Una estrategia de lucha contra la pobreza basada en la adopción de medidas en dos esferas: oportunidad y seguridad.